Quiero compartirles algo que escribió una de las jugadoras que, junto con las demás, acompañadas por un cuerpo técnico comprometido y dedicado, es parte de este logro tan importante para el Voley Argentino...
Maldito sean los recuerdos dolorosos, maldita la impotencia, la injusticia que vivimos. El volvernos a casa cada uno por su lado, las finales sin jugar y quedarme en el camino.
Bendita la anestesia general a los dolores, la tristeza que curamos con abrazos, las gargantas que se rompen por los puntos.
El sentirnos los mejores por un rato, malditos los sorteos y los grupos de la muerte, los controles sin azar que asignaron nuestra suerte. Malditos los mezquinos que juegan sin poesía, los que pegan, los que envidian, los que rompen y lastiman.
Bendito sea el orgullo con el que entramos a la cancha, inflar las redes de los otros, inflar el pecho de los nuestros. Merecer la camiseta, los turistas, los cronistas, los sponsors, los amigos, el himno y los hombres siguiendo los partidos.
Este equipo ya ha dejado su huella (y qué linda huella!), así que no tengo más que admiración por todas ellas y por los que las acompañaron desde el principio. Cito una frase de este equipo que identifica la garra que siempre le pusieron a todo: "HASTA EL FINAL... ARGENTINA!"